12.4.08

La trampa del “debate”

Para tomar decisiones históricas sobre las aguas profundas y los privatizados negocios a fondo que en relación con el petróleo planean, los buscadores oficiales de tesoritos quieren un debate somero, rapidito y lucidor que convalide los acuerdos de apresurada simulación democrática a que han llegado las bancadas priísta y panista más algunos modernos, civilizados y dialogantes legisladores del PRD (¡Jesús los ampare!). La trampa del “debate” nada profundo busca suministrar parque mediático para el fusilamiento electrónico de Andrés Manuel López Obrador y del movimiento de resistencia civil pacífica, al acusarlos de ser tercos obstructores del bello modelito de participación popular, ordenada y responsable que les ha preparado el confiable y siempre bien intencionado chef de cocina política fusión mejor conocido como Manlio Fabio Beltrones. Debate a la carrera, con foros burocratizados y formatos similares a los que durante décadas han servido para fingir que se escucha a los ciudadanos, todo organizado para que las voces contrarias a la privatización tengan oportunidad de ser incorporadas como marco decorativo de los arreglos a los que ya han llegado los aliados PRI-PAN, como ayer involuntariamente dejó entrever el gerente Calderón al decretar que la iniciativa de privatización petrolera deberá discutirse “democráticamente a través de los legisladores” y que en el sacro Congreso de la Unión, impoluto y altamente representativo de la voluntad popular, “se van a procesar las diferencias, se escuchará la voz de todos. Ya el Senado está organizando un proceso para hacerlo así”. A confesión de Felipe, relevo de Manlio.

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