20.4.08

Deceso de la ronda de Doha

Neoproteccionismo alimentario

Se viven los momentos necrófilos del fenecido modelo neoliberal (ver Bajo la Lupa, 30/3/08), cuyas esquelas empiezan a ser difundidas profusamente en el mundo entero.

La Ronda Doha –el marco de negociación de la tambaleante Organización Mundial de Comercio (OMC) para la irrestricta liberalización agrícola, industrial, de servicios y códigos aduaneros–, iniciada dos meses después de los atentados terroristas texanos con máscara islámica de Al-Qaeda y montaje hollywoodense, se había colapsado en 2003 en Cancún debido a la gallarda oposición del Grupo de los 20, países en vías desarrollo (liderado por el G-4: China, India, Brasil y Sudáfrica) frente a los flagrantes subsidios agrícolas de EU y la Unión Europa en beneficio de sus granjeros capitalistas.

John Ralston Saul, el solvente filósofo canadiense –quizá uno de los principales pensadores humanistas del continente americano–, había sentenciado que la detención de la ronda de Doha en Cancún exhibía uno de los signos irrefutables del Colapso de la globalización (título de su libro de 2005).

La dantesca crisis alimentaria global que ha golpeado a un mínimo de 33 países, de la confesión del disfuncional Banco Mundial que dirige el fundamentalista mercantilista Robert Zoellick, se encuentra en la intersección de otras dos crisis también globales: la crisis energética y el cambio climático que han contribuido directa o indirectamente en su eclosión y de las que se retroalimenta mutuamente.

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