ASPAN, ¿adelante?

Cabe resumir los porqué y los objetivos de EU con la ASPAN. Primero, pretende asegurar aún más el suministro barato y permanente del petróleo mexicano dadas las previsibles restricciones de producción y descubrimiento de yacimientos a nivel mundial. Segundo, enfrentar la impredecible conducta de abastecedores del oro negro (del golfo Arábigo y de Venezuela), así como de potencias productoras como Rusia y consumidoras crecientes como China e India, lo que refuerza la importancia estratégica del energético mexicano. Tercero, iniciar el acceso a otros energéticos como el gas natural, la electricidad y el agua potable mexicanos, imprescindibles para su estrategia de seguridad nacional frente a bloques regionales como el europeo, el asiático y el sudamericano. Todo esto es la “seguridad energética” de la ASPAN y las reformas estructurales propuestas por el Comité de Negocios México-EU, a cambio, supuestamente, de un fondo de desarrollo para infraestructura de comunicación, educativa y tecnológica para México. Cuarto, establecer un arancel externo común frente a terceros países que garantice el acceso exclusivo de inversionistas, mercancías y servicios de EU a la economía mexicana. Quinto, lograr una mayor cooperación policiaco-militar y antiterrorista que permita reforzar la seguridad fronteriza, terrestre, marítima y aérea de EU a través de más coordinación y planeación entre las Fuerzas Armadas, reforzada por el Plan México y la escandalosa reforma judicial recién aprobada que contribuirán a la deseada “homologación y armonización de los procedimientos policial-judiciales” y a un “incremento en la integración militar-policial” binacional.

Seguridad energética, comercial, de inversión, antiterrorista y anticriminal binacional sustituyen a la nacional. Calderón, al igual que Fox, prefiere mantener la exportación de petróleo crudo en lugar de impulsar a la industria petroquímica nacional, o sea, fortalecer la seguridad energética de EU en vez de nuestra soberanía energética. Dos concepciones de desarrollo económico y de Estado-nación, uno de corte subordinado y dependiente y de Estado semicolonial, y otro de recuperación de la soberanía económica y de reconstrucción del Estado-nación.