...Un cateo en cada casa te dio...
Hágase señor (soldado o policía) tu voluntad (de cateo) en todo lugar, pues la elite civil con fuero (temporal) está a punto de reformar las tablas de la ley para que tu espada flamígera (AK-47, por ejemplo) pueda castigar con diligencia y sin estorbos legalistas a réprobos, críticos y demás. Gracias, señor comandante San Felipe de Jesús, porque los mexicanos están a punto de entrar al nivel nirvánico del Estado Policial, una especie de paraíso de impunidad que permitirá a los hombres del Supremo Gobierno irrumpir en cuanta casa se les ocurra, siempre y cuando luego justifiquen con imaginación básica tales allanamientos (que formalmente ya no lo serán), aprovechando la amplísima coartada institucional que permitirá esos abusos siempre y cuando (¡oh!) haya, o se diga haber, o se fabrique la apariencia de que hubo “situaciones extremas o de excepción” o que a su maduro, sensato y nada violento criterio haya “peligro” para la vida o la integridad física de alguna persona (real o imaginaria) que deba ser inhibido tumbando puertas e irrumpiendo en casas. Del “usted perdone” al “yo creía”, de la garantía histórica de respeto al hogar a la carta abierta para que cualquier agente o militar pueda meterse a cualquier morada arguyendo razones falsas sin que luego haya consecuencias o castigo para esos abnegados servidores públicos. Hasta antes del calderonismo, el domicilio de las personas era más o menos respetado, pero ahora todo eso esta en vías de quedar en el pasado (el martes será la votación en San Lázaro que, con PRI, PAN y Verde Oportunista, seguramente aprobará esa reforma judicial, faltando la autorización de los congresos locales dominados por gobernadores prianistas).
Hágase señor (soldado o policía) tu voluntad (de cateo) en todo lugar, pues la elite civil con fuero (temporal) está a punto de reformar las tablas de la ley para que tu espada flamígera (AK-47, por ejemplo) pueda castigar con diligencia y sin estorbos legalistas a réprobos, críticos y demás. Gracias, señor comandante San Felipe de Jesús, porque los mexicanos están a punto de entrar al nivel nirvánico del Estado Policial, una especie de paraíso de impunidad que permitirá a los hombres del Supremo Gobierno irrumpir en cuanta casa se les ocurra, siempre y cuando luego justifiquen con imaginación básica tales allanamientos (que formalmente ya no lo serán), aprovechando la amplísima coartada institucional que permitirá esos abusos siempre y cuando (¡oh!) haya, o se diga haber, o se fabrique la apariencia de que hubo “situaciones extremas o de excepción” o que a su maduro, sensato y nada violento criterio haya “peligro” para la vida o la integridad física de alguna persona (real o imaginaria) que deba ser inhibido tumbando puertas e irrumpiendo en casas. Del “usted perdone” al “yo creía”, de la garantía histórica de respeto al hogar a la carta abierta para que cualquier agente o militar pueda meterse a cualquier morada arguyendo razones falsas sin que luego haya consecuencias o castigo para esos abnegados servidores públicos. Hasta antes del calderonismo, el domicilio de las personas era más o menos respetado, pero ahora todo eso esta en vías de quedar en el pasado (el martes será la votación en San Lázaro que, con PRI, PAN y Verde Oportunista, seguramente aprobará esa reforma judicial, faltando la autorización de los congresos locales dominados por gobernadores prianistas).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario