11.1.08

¿Dónde hace las compras, doctor Ortiz?

Poder adquisitivo, ¿fortalecido?

Aumenta el pan, 15.42%; el aceite, 19.6%

En medio del indiscriminado bombardeo de aumentos de precios que desde hace varios meses cae sobre los consumidores, el Banco de México ha tenido la cortesía de informar, sin inmutarse, que la inflación en 2007 fue de tan sólo 3.76 por ciento, incluso menor al 4.05 por ciento de 2006, año en el que el tiroteo también fue sostenido. Son cifras que obligan a preguntar: ¿dónde compra sus viandas, doctor Ortiz?

Dónde, porque los consumidores ya no sienten lo duro sino lo tupido de la escalada de precios, y si el Banco de México los agarra de buen humor, lo único que en ellos provocará su información será una sonora carcajada. Sin embargo, difícilmente los encontrará con ese talante, de tal suerte que la reacción será, es, de enojo y rechazo, pues el mañoso promedio que condensa el reporte inflacionario oficial no refleja, ni de lejos, una realidad que lacera el del por sí deteriorado poder adquisitivo de los mexicanos, quienes destinan la mayor parte de su escaso ingreso a la compra de la canasta básica, con un aumento superior a 35 por ciento en 2007.

Tal promedio resulta del movimiento, al alza o a la baja, de casi 190 mil precios de productos y servicios (incluidos artículos de lujo) que oficialmente monitorea el Banco de México, y de esta práctica obtiene el citado 3.76 por ciento de 2007, de tal suerte que según esta versión el aumento al mini salario que generosamente otorgaron gobierno, patrones y “líderes obreros” para ese año resultó mayor que la inflación registrada en el periodo, ergo, “fortaleció” el poder adquisitivo.

Eso dicen, pero al consultar sus propios resultados en renglones específicos el “triunfo” del Banco de México se desvanece. Por ejemplo, en alimentos, bebidas y tabaco el 3.76 por ciento presumido por el doctor Ortiz se incrementa a 6 por ciento, pero si este renglón se desmenuza la situación empeora: el pan de caja (léase Bimbo) aumentó 15.42 por ciento; el aceite y las grasas vegetales, 19.6; el pan blanco (panaderías) 16.5; las “botanas” (propiedad de Bimbo y Pepsico) 13.35, y hasta las galletas de animalitos duplicaron el promedio general (casi 8 por ciento).

Por citar algunos casos, en frutas y verduras (esas que México exporta como nunca y que demuestra el “éxito” del TLCAN, según la versión oficial), en 2007 el precio del limón se incrementó 68.9 por ciento y el de la cebolla 13.44, mientras que el del jitomate, que tanta preocupación provocó en el doctor Ortiz, reportó una baja de 17.25 por ciento, al igual que los nopales (-16.5 por ciento). A cambio de las reducciones citadas, el precio del huevo aumentó casi 18 por ciento, el del pollo entero cerca de 7 por ciento y el de la carne de res alrededor de 6 por ciento. Las gasolinas aumentaron 5.2 por ciento, las tarifas eléctricas 3 por ciento y el gas doméstico 1.76 por ciento, siempre (en este como en los otros casos citados) según las cifras oficiales del Banco de México.

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