15.1.08

Cananea, un siglo después

La ultraderecha mexicana no sólo muestra deprecio total a los trabajadores, sino que ignora -o pretente ignorar- la historia mexicana, en particular la de la Revolución. Dos huelgas fueron la mecha que hizo explotar el conflicto: Cananea y Río Blanco. E increíblemente, casi un siglo después, los trabajadores se encuentran en las mismas condiciones de explotación y miseria, mientras las grandes corporaciones generan más y más utilidades y se les perdonan más y más impuestos. Los "empresarios" mexicanos han logrado establecer un neo-porfiriato que se presumía nunca volvería. Y los perdedores son los mexicanos que no son parte del Establishment.
El conflicto minero confirma quiénes son los que mandan

El espectáculo ofrecido por el gobierno federal en favor del zar del cobre, Germán Larrea, es digno de inicios del siglo pasado. Un conflicto minero en Cananea de nueva cuenta se utiliza para confirmar, por si alguien no estaba enterado, quiénes son los que mandan y al servicio de quién está la “autoridad”.

Es vergonzoso observar cómo un “gobierno” se hinca frente al gran capital, actúa como su cancerbero y procede como rompe huelgas, mientras el gobernador sonorense, Eduardo Bours, por instrucciones del centro, opera la pandilla; el secretario del Trabajo, el pianista Javier Lozano Alarcón, promueve la contratación de esquiroles para “acabar con el conflicto”; la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje da el visto bueno para la irrupción de las policías federal y estatal en la mina de Cananea antes de declarar “inexistente” la huelga y notificar su decisión a la parte sindical, y, en fin, la empresa, Grupo México, pretende “solucionar” el entuerto a golpe de chequera, como lo hizo en Pasta de Conchos.

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