7.6.07

Un experimento fallido

El 20 de enero de 1981, en su discurso inaugural, Ronald Reagan dijo a su nación:
"El gobierno no es una solución a nuestro problema, el gobierno es el problema".

Así comenzó un gran experimento: Liberar la economía americana de las cadenas de la regulación gubernamental. Las empresas individuales y la iniciativa, la motivación de las utilidades, el mercado libre y la competencia abierta producirán un nuevo nacimiento de libertad y una era de prosperidad sin precedente.

"Amanece en 'America'".

26 años después, ¿qué tenemos? El desmantelamiento y outsourcing de la base industrial, trabajadores empobrecidos, una carga de deuda para las futuras generaciones de 9 billones de dólares y la degradación de la educación y la investigación científica, así como medios de "comunicación" que mantienen al público ignorante de noticias esenciales al mismo tiempo que emiten mentiras transparentes. Además, la administración Bush, quien ocupa el gobierno ahora, ha logrado el destruir la Constitución y su Carta de Derechos garantizados, junto con una guerra sin fin y sin prospectos (e inclusive sin definición) de victoria, y el desprecio de sociedades y gobiernos del mundo civilizado.

El gran experimento ha fallado, y estamos empezando a darnos cuenta de los enormes costos de este fracaso.

¿Cómo ocurrió? Ocurrió porque los dogmas centrales de este "conservadurismo" -la posibilidad y deseo de una sociedad sin gobierno, la "sabiduría" superior de un mercado "libre" y sin restricciones, la capacidad de la simple codicia como fuerza motriz de la sociedad- estaban condenadas desde el comienzo a fallar la prueba de aplicarlas en el "mundo real"...

--- Sólo basta cambiar algunos nombres y fechas (por ejemplo, de Reagan a Calderón -manteniendo la debida proporción claro-) y Estados Unidos por México, y voilá, tenemos la situación actual de un México desmantelado, productor y exportador de mano de obra barata y materias primas y receptor de los desechos americanos. Decepcionante realidad... El cambio no sucedió porque nunca llegó... Somos en realidad "el patio trasero".

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