Todo lo que han dicho de promover la democracia es, y siempre ha sido, una maldita mentira

"Bandargate", el escándalo en explosión (aquí también) (y aquí) acerca de el soborno de mil millones de dólares en una compra-venta de armas del secuaz de Bush, el Príncipe Bandar, el súper-influyente saudí que el mismo Bush llamaba "Bandar Bush" por su íntima relación de décadas con la familia reinante en EU, continúa revelando cómo funciona el mundo.

Por ejemplo, en uno de los artículos recientes de The Guardian acerca de éste escándalo, encontramos este pasaje iluminador:

El príncipe Bandar ha hablado de sus métodos no-ortodoxos con el dinero. En una reciente biografía se señala que él personalmente transportó $10 millones de dólares en efectivo a Roma y los dio a un padre católico en el Banco Vaticano, para pasar estos fondos secretamente a los Demócratas Cristianos contra el Comunismo en las elecciones italianas de 1983.

Por supuesto, la antipatía "americana" por una democracia emancipada está bien establecida en la historia, pero siempre es bueno exponer una confirmación actual cuando sea posible, aunque sea sólamente porque hay todavía mucha gente que en realidad cree en las élites obesas, toma-sobornos, sangre-manchadas, agarra-dinero cuando éstas proclaman sus fidelidades sin fin acerca de la libertad y la democracia (¿suena conocido?). Lo que es peor, en este momento, decenas de miles de personas están siendo asesinadas, mutiladas, saqueadas, manchadas y vueltas locas por culpa de éstas mentiras.

Pero el registro histórico no miente y es tan claro como el agua ahora: El "Establishment" Americano no tiene absolutamente ningún uso para la democracia genuina. Ellos han minado, ahogado, golpeado, pervertido e interferido en elecciones en todo el mundo (y en casa), usando toda forma de sobornos y amenazas hasta asesinato y terrorismo, para procurarse regímenes sumisos que seguirán los dictados de Washington -y llenarán los bolsillos de las élites americanas. La "Democracia" es útil para ellos sólo como ficción o proceso controlado cuidadosamente para legitimar a una facción favorecida.

Si una nación no es sumisa a la voluntad de Washington por qué, entonces, no es más una democracia "legítima". A Venezuela, por ejemplo, se le refiere en los círculos del Establishment como una "dictadura", aun con las elecciones abiertas ganadas legalmente por Hugo Chávez y su coalición -y a pesar de el hecho de que Venezuela se mantiene mucho más libre en todo aspecto que, por ejemplo, Arabia Saudita.