Imparable, la escalada de aumentos de precios
Segundo enero consecutivo de la “continuidad” con brutal escalada de precios, que hace memorable aquel compromiso de campaña que a la letra decía: “para que vivamos mejor (…) les vamos a pagar la mitad de sus recibos de luz y gas, con posibilidad de llegar a 100 por ciento en ambos casos” (Calderón dixit, Veracruz, 19 de junio, 2006). Letras doradas en muro de honor, junto a frases célebres como aquella de 7 por ciento de crecimiento anual, con su millón 350 mil nuevos empleos.
Y “para que vivamos mejor”, en los hechos, no sólo se han incrementado los precios de los bienes y servicios del sector energético, sino los de alimentos básicos, medicinas, educación y demás, con un gobierno (así se autodenomina) que permanece pasivo ante la escalada. Entonces, si ese es el concepto para que los mexicanos “vivan mejor”, sálvese quien pueda.
La “continuidad” se sentó en Los Pinos, luego de acordar con el “cambio” saliente el aumento masivo de precios, entre los que sobresalieron los de la leche popular (28 por ciento), tortilla, maíz, pan, gas, electricidad, gasolina, transporte, educación, tarifas en general, cigarros, refrescos y lo que se presentara, al tiempo de reforzar la política de topes salariales nunca mayores al crecimiento inflacionario oficial.
Parte del acuerdo fue (15 de noviembre de 2006) el “sobreprecio” de 29 centavos por litro a la gasolina Premium y de 16 centavos al diesel, más IVA, alza adicional a 37 y 25 por ciento de incremento, respectivamente, para los mismos productos a lo largo del sexenio del “cambio”. Esa fue la despedida del “cambio” y la llegada de la “continuidad”.
Ya en pleno ejercicio del “nuevo” gobierno se registró el tortillazo segunda parte (el de enero de 2007) y a lo largo del primer año le siguieron tantos “azos” como puedan imaginarse, mientras se cocinaba el que hoy le vuelve a romper el esquema a los de por sí escuálidos bolsillos de la mayoría (léase el gasolinazo)...
...Y para que se cumpla la promesa de campaña, aquella de “…vivir mejor”, el numerito se repite en el arranque de 2008, segundo año de la “continuidad”. Apenas contabilizados unos cuantos días del nuevo enero, a pleno galope van los precios de alimentos básicos, de la mano del incremento a tarifas eléctricas (para los consumidores domésticos) y gasolinas, que repercutirá en toda la cadena productiva, más los nuevos impuestos (en campaña prometió erradicar gravámenes) que harán prácticamente imposible la supervivencia de micros y pequeñas empresas, y complicará más la de las medianas.
Segundo enero consecutivo de la “continuidad” con brutal escalada de precios, que hace memorable aquel compromiso de campaña que a la letra decía: “para que vivamos mejor (…) les vamos a pagar la mitad de sus recibos de luz y gas, con posibilidad de llegar a 100 por ciento en ambos casos” (Calderón dixit, Veracruz, 19 de junio, 2006). Letras doradas en muro de honor, junto a frases célebres como aquella de 7 por ciento de crecimiento anual, con su millón 350 mil nuevos empleos.
Y “para que vivamos mejor”, en los hechos, no sólo se han incrementado los precios de los bienes y servicios del sector energético, sino los de alimentos básicos, medicinas, educación y demás, con un gobierno (así se autodenomina) que permanece pasivo ante la escalada. Entonces, si ese es el concepto para que los mexicanos “vivan mejor”, sálvese quien pueda.
La “continuidad” se sentó en Los Pinos, luego de acordar con el “cambio” saliente el aumento masivo de precios, entre los que sobresalieron los de la leche popular (28 por ciento), tortilla, maíz, pan, gas, electricidad, gasolina, transporte, educación, tarifas en general, cigarros, refrescos y lo que se presentara, al tiempo de reforzar la política de topes salariales nunca mayores al crecimiento inflacionario oficial.
Parte del acuerdo fue (15 de noviembre de 2006) el “sobreprecio” de 29 centavos por litro a la gasolina Premium y de 16 centavos al diesel, más IVA, alza adicional a 37 y 25 por ciento de incremento, respectivamente, para los mismos productos a lo largo del sexenio del “cambio”. Esa fue la despedida del “cambio” y la llegada de la “continuidad”.
Ya en pleno ejercicio del “nuevo” gobierno se registró el tortillazo segunda parte (el de enero de 2007) y a lo largo del primer año le siguieron tantos “azos” como puedan imaginarse, mientras se cocinaba el que hoy le vuelve a romper el esquema a los de por sí escuálidos bolsillos de la mayoría (léase el gasolinazo)...
...Y para que se cumpla la promesa de campaña, aquella de “…vivir mejor”, el numerito se repite en el arranque de 2008, segundo año de la “continuidad”. Apenas contabilizados unos cuantos días del nuevo enero, a pleno galope van los precios de alimentos básicos, de la mano del incremento a tarifas eléctricas (para los consumidores domésticos) y gasolinas, que repercutirá en toda la cadena productiva, más los nuevos impuestos (en campaña prometió erradicar gravámenes) que harán prácticamente imposible la supervivencia de micros y pequeñas empresas, y complicará más la de las medianas.
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