En 12 años, periodo de vigencia del TLCAN, el precio de la tortilla subió 1,100%
Mientras el inquilino de Los Pinos celebra el TLCAN y, en ese marco, presume la “exportación de más productos mexicanos” (como “los automóviles producidos en Chihuahua, Puebla, Sonora, estado de México o Guanajuato”, según dijo) y el titular de la Sagarpa rápidamente incrementa sus bonos de popularidad por su atinadísima conducción de la total apertura del sector agropecuario, los tambores de guerra se escuchan cada día más combativos en el mercado de la tortilla, en el que los industriales organizados “proponen” un incremento de entre 18 y 25 por ciento “para evitar la especulación”.
En la feria de declaraciones, el inquilino de Los Pinos se hace bolas cuando confunde “automóviles mexicanos” con automóviles extranjeros maquilados en México, propiedad de trasnacionales, al igual que al ex caballo negro marca Bimbo, Alberto Cárdenas, se le hace bolas el engrudo con sus excelsas reglas de operación para los programas de apoyo al campo, que sólo han provocado enfrentamientos con los legisladores, rechazo de las organizaciones campesinas y el enojo de los secretarios de Desarrollo Agropecuario de los estados de la República, quienes advierten que el Ejecutivo federal “está obligado a que nosotros aprobemos ciertas disposiciones (del presupuesto para el campo), porque se trata de recursos federalizados que se entregan en programas ya etiquetados, y no vamos a aceptar una visión centralista”...
...Poco a poco el gobierno desapareció el subsidio a la tortilla, acto consumado en 1999, en pleno sexenio del “bienestar para la familia”. En el no muy lejano 1995, el kilogramo de tortilla se vendía a 75 centavos y 12 años después a 8.5 pesos, en espera del aumento de 2008, en el gobierno de “para vivir mejor”. En 12 años (periodo de operación del TLCAN) el incremento en el precio del kilogramo del principal alimento de los mexicanos ha sido escalofriante: casi mil 100 por ciento, sin considerar el inminente; si éste se concreta, el aumento acumulado se elevaría a mil 300 por ciento.
Mientras el inquilino de Los Pinos celebra el TLCAN y, en ese marco, presume la “exportación de más productos mexicanos” (como “los automóviles producidos en Chihuahua, Puebla, Sonora, estado de México o Guanajuato”, según dijo) y el titular de la Sagarpa rápidamente incrementa sus bonos de popularidad por su atinadísima conducción de la total apertura del sector agropecuario, los tambores de guerra se escuchan cada día más combativos en el mercado de la tortilla, en el que los industriales organizados “proponen” un incremento de entre 18 y 25 por ciento “para evitar la especulación”.
En la feria de declaraciones, el inquilino de Los Pinos se hace bolas cuando confunde “automóviles mexicanos” con automóviles extranjeros maquilados en México, propiedad de trasnacionales, al igual que al ex caballo negro marca Bimbo, Alberto Cárdenas, se le hace bolas el engrudo con sus excelsas reglas de operación para los programas de apoyo al campo, que sólo han provocado enfrentamientos con los legisladores, rechazo de las organizaciones campesinas y el enojo de los secretarios de Desarrollo Agropecuario de los estados de la República, quienes advierten que el Ejecutivo federal “está obligado a que nosotros aprobemos ciertas disposiciones (del presupuesto para el campo), porque se trata de recursos federalizados que se entregan en programas ya etiquetados, y no vamos a aceptar una visión centralista”...
...Poco a poco el gobierno desapareció el subsidio a la tortilla, acto consumado en 1999, en pleno sexenio del “bienestar para la familia”. En el no muy lejano 1995, el kilogramo de tortilla se vendía a 75 centavos y 12 años después a 8.5 pesos, en espera del aumento de 2008, en el gobierno de “para vivir mejor”. En 12 años (periodo de operación del TLCAN) el incremento en el precio del kilogramo del principal alimento de los mexicanos ha sido escalofriante: casi mil 100 por ciento, sin considerar el inminente; si éste se concreta, el aumento acumulado se elevaría a mil 300 por ciento.
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