4.9.07

Ya tiene padre la puñalada fiscal

Panistas asumen la paternidad del nuevo impuesto a gasolinas, diesel y gas automotriz

Priístas sonríen, avalan y votan a favor

Si todos los padres regadores de hijos actuaran ética y responsablemente como ahora lo hacen los panistas, otro gallo cantaría en este inmoral cuan destartalado planeta. Eso sí, los blanquiazules tuvieron el detalle de guardar la buena nueva para después de las elecciones veracruzanas, en las que, de cualquier suerte, perdieron hasta la camisa.

Con tal de ocultar la verdadera paternidad de la criatura que en forma de puñal fiscal clavarán sobre la espalda de los mexicanos a partir del primer día de 2008, los diputados panistas decidieron asumir públicamente la responsabilidad del engendro del impuesto “especial” a gasolinas, diesel y gas automotriz, cuya invención días atrás atribuyeron a los priístas, aunque en realidad la idea corresponde al inquilino de Los Pinos y sus genios de escritorio.

Resulta que la fracción del PAN en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa de reforma en la que propone un aumento de 5.5 por ciento (días atrás proponían 5 por ciento) al precio final de los citados energéticos. A nombre de su bancada, el legislador Christian Martín Lujano Nicolás presentó “la enmienda”, que fue turnada a comisiones para su análisis y se prevé sea aprobada esta semana (Notimex). Con ello, dijo, se busca destrabar la “reforma” fiscal, porque finalmente alguien asumiría el costo político del impuesto “especial”. Y en automático brincó a la palestra el coordinador priísta en San Lázaro, Emilio Gamboa, para coincidir con los blanquiazules que con dicha propuesta “se destraba” la negociación, porque “Acción Nacional asume la responsabilidad del incremento a la gasolina”

Nadie sabe cómo quedará finalmente la CETU (ya se habla de 14 por ciento, contra el 19 por ciento original, cinco puntos porcentuales menos, amén de aceptarse que salarios y prestaciones sean deducibles, lo que en los hechos reduce más la tasa original); no se ha escuchado más sobre el aberrante impuesto al graffiti, ni en torno al gravamen a la informalidad, pero lo cierto es que, resulte lo que resulte, los consumidores tendrán que pagar un nuevo impuesto a los citados energéticos (por medio del cual se recaudarían alrededor de 23 mil millones de pesos) y los mexicanos todos, a quienes lo menos que le importa es la paternidad del engendro, hacer frente al efecto multiplicador en precios y tarifas.

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