El secretario de Economía, Eduardo Sojo, recientemente declaró que “no hay preocupación” en el gobierno calderonista por el racionamiento de arroz en el vecino del norte, el primero en 60 años, desde la Segunda Guerra Mundial. Que los grandes almacenes de Estados Unidos limiten a tres kilogramos por persona la venta de ese grano básico no le quita el sueño al ex funcionario foxista, porque, dijo, “toda la producción nacional se consume en el país”.
Qué bueno, pero el problema es que el ex escudero del hombre de la lengua larga y las ideas cortas “olvida” que 75 por ciento del abasto nacional de arroz se garantiza con importaciones de Estados Unidos, es decir, del país que ha comenzado a racionar el grano.
En los primeros cuatro meses de 2007, con la “continuidad” en Los Pinos, se importaron casi 6 mil millones de dólares en alimentos: en productos del mar, más de 130 millones; en carne importada (bovino, principalmente), casi mil millones; en leche, productos lácteos y huevo, más de 420 millones (sólo en enero-febrero); en frutas y frutos comestibles, alrededor de 300 millones; en cereales mil millones y en semillas y frutos oleaginosos, 650 millones.
En síntesis, 14 años de tratados comerciales internacionales, fundamentalmente el de América del Norte, han significado para México la erogación de alrededor de 120 mil millones de dólares, y contando, en importación de alimentos, la mayoría de ellos otrora producidos en el país.
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