Tras la inconformidad y los enredos que suscitó el gasolinazo aprobado por priístas y panistas, el gobierno federal aplazó para enero de 2008 el aumento a los precios de gasolina y diesel. También garantizó que este año no habrá incrementos al gas ni a tarifas eléctricas.
El presidente Felipe Calderón hizo el anuncio en la residencia oficial de Los Pinos, y después lo reiteró en un mensaje transmitido a las 9 de la noche en cadena nacional, en el que habló de “detener la entrada en vigor del nuevo impuesto a las gasolinas”, pero sin aclarar que éste comenzará a cobrarse en enero.
En ambas oportunidades se deslindó de los aumentos registrados en otros productos, con el argumento de que hay un “lamentable” entorno de ajuste de precios internacionales, e hizo un llamado a otros sectores a tomar medidas similares y no aprovechar la coyuntura para exacerbar los problemas a fin de servir a sus propios intereses.
Imbéciles, en todo el sentido de la palabra. No sólo provocaron un alza incontenible en precios ahora, contra la que nada pueden hacer más que saturar de spots radio y tv, sino que en enero, cuando los aumentos en energéticos entren en vigor, habrá de nuevo otra alza. Como he dicho, imbéciles.
Ah, y por cierto, Calderón prometió en campaña BAJAR el precio de la gasolina, que por supuesto aumentará en los próximos meses. Para vivir mejor.
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