11.11.07

La causa verdadera y criminal del desastre en Tabasco y Chiapas

Además, y aquí viene lo más grueso, tanto en la réplica de AMLO como en la denuncia del FAP y en el artículo (Proceso 04/11/07) de Granados Chapa (quien se apoya en un Comité de Nacional de Estudios de la Energía formado por expertos en el tema) se denuncia algo que rebasa la circunstancia de la inundación y que reflejaría, de ser cierto, una suerte de asociación delictuosa entre CFE y gobierno federal por una parte, y los inversionistas extranjeros en generación de electricidad, por la otra. La historia que narran es que para garantizar a estas empresas privadas el máximo nivel de ganancia posible (se quejaban, pobrecitas trasnacionales, de ganancias menores a las esperadas), la CFE (aunque usted no lo crea) dejó de “turbinar” (dejar caer el agua de la presa por las turbinas para generar electricidad, agua que después cae al río Grijalva y continúa su curso hacia Villahermosa y hacia el mar) 70 por ciento del tiempo durante septiembre y octubre y acumuló un enorme caudal de agua en la presa Peñitas. Al aumentar las lluvias, la CFE tuvo que abrir las compuertas (para evitar que se rebasara o tronara la cortina de la presa) haciendo salir durante tres días 2 mil M3 por segundo (7 mil 200 M3 (sic) por hora y 518 mil 400 M3 (sic) en los tres días).

Habría en esto dos grupos de delitos: 1) un daño brutal, gigantesco, a una importante proporción de las personas y de los bienes de Tabasco; y 2) un delito económico equivalente al fraude genérico: dejar de producir en una empresa del Estado para generar ganancias a empresas privadas equivale a transferir a éstas montos enormes no autorizados por el Congreso de la Unión. El primer grupo de delitos se habría derivado, como consecuencia imprevista ante las enormes lluvias, del segundo grupo. Es probable que éstos se repitan silenciosamente en otras presas del país. Es, como dice Granados Chapa, “trocar el interés particular por el intenso e inmenso daño colectivo”, y expresa la bancarrota moral del capitalismo salvaje mexicano que o bien cree que el bien de la patria depende de mantener, a toda costa, elevada la tasa de ganancia de las trasnacionales, o bien (más realista) por debajo del agua hay un flujo de recursos monetarios que engorda el bolsillo de algunos mal llamados servidores públicos.

No hay comentarios.: