3.11.07

El brutal resultado del ofertismo fiscal en México

Continúan los privilegios fiscales

Originalmente la información fue divulgada a finales de marzo pasado y causó conmoción: de 2001 a 2005, el gobierno foxista “transfirió” casi un billón 200 mil millones de pesos (un Fobaproa) en impuestos al capital privado que opera en el país, en especial a los barones del dinero, a los dueños de prácticamente todo.

Siete meses después, a finales de octubre, la Auditoría Superior de la Federación decidió reciclar su propia información, la divulgada al finalizar el tercer mes de 2007, y en forma de documento entregarla de nueva cuenta a los diputados federales, tal vez con la intención de que finalmente alguien haga algo para detener la sangría, vía fiscal, de recursos públicos en beneficio del gran capital.

En su edición de ayer La Jornada (Roberto Garduño y Enrique Méndez) detalló que “la ASF descubrió que en el sexenio de Vicente Fox el SAT pagó al sector empresarial 679 mil 691 millones de pesos por concepto de devolución de impuestos, y la Secretaría de Hacienda benefició con créditos fiscales al sector productivo con 495 mil 807 millones de pesos. Es decir, en cinco años analizados por el órgano fiscalizador, la administración foxista, a través del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, favoreció a la iniciativa privada con más de un billón 175 mil 498 millones de pesos. Sólo la devolución de IVA e ISR, acumulada entre 2001 y 2005, cuya cifra fue de 604 mil 366 millones de pesos, superó en 216 por ciento a la inversión privada que se registró entre esos años y cuyo monto ascendió a 279 mil 832 millones de pesos. En un documento elaborado por la ASF, que fue entregado a los diputados federales, ahora el órgano encargado de revisar el manejo de los recursos públicos se da por satisfecho con una propuesta del gobierno de Felipe Calderón para reducir, a partir del año próximo, el porcentaje del monto de impuestos que serán devueltos y acotar los créditos fiscales, sin emitir recomendación a la administración federal para que subsane el citado deterioro al erario”.

De marzo (informe de la ASF sobre la Cuenta Pública 2005) a octubre de 2007 (misma información e igual informante, pero ahora en forma de documento) han transcurrido siete meses, a lo largo de los cuales nadie ha tomado cartas en este asunto, incluso considerando la aprobación de una “reforma” fiscal que no alteró el estado de cosas, es decir, la sangría de recursos públicos en beneficio del capital privado.

Ese billón 200 mil millones de pesos es equiparable a otro Fobaproa, no sólo por el monto involucrado sino por el mecanismo de “reparto”, pero también equivale a la mitad del presupuesto de egresos 2008, a más cinco años de exportaciones petroleras (2002-2006), a dos veces la inversión sexenal prevista para infraestructura, a 60 por ciento de la deuda pública neta (interna y externa) del gobierno federal, y, en fin, a muchísimas cosas más que en resumidas cuentas se llama desarrollo.

Entre marzo y octubre pasados nadie movió un dedo para frenar esta barbarie que beneficia al gran capital, en detrimento del país. Nadie, salvo el gobierno calderonista, que a mediados de abril de 2007 (dos semanas después de la escalofriante cuan detallada información de la ASF sobre el “regalo” fiscal de Fox al gran capital) decidió publicar un acuerdo (JG-SAT-IE-3-2007) en el Diario Oficial de la Federación, mediante el cual autorizó la “condonación total o parcial de los créditos fiscales”, que a 2005 acumularon cerca de 500 mil millones de pesos, con lo que el de la “continuidad” confirmó y aplaudió el mencionado “obsequio”.

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