Es increíble la hipocresía de este personaje. No sólo la catástrofe de Tabasco fue causada directamente por los sistemas federales (el mismísimo Calderón fue secretario de Energía, responsable de la generación en hidroeléctricas y su funcionamiento), sino que hasta aprovecha esto para hacerse promoción en un intento infructuoso de legitimarse. Absolutamente increíble.
Tras afirmar que en el desastre de Tabasco y Chiapas no hay margen para el protagonismo o el oportunismo político, el presidente Felipe Calderón advirtió que los apoyos entregados tampoco deben tener colores partidistas.
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