3.6.08

Giro democrático

No debemos llamarnos a engaño con la “reforma energética”. Las cartas están sobre la mesa.

Calderón, igual que sus predecesores, está convencido de que el capital privado es mejor que el Estado para administrar los recursos públicos. Por el carácter simbólico del petróleo y la contracampaña para defenderlo se ha visto obligado a empacar la operación en una presentación mentirosa. Pero reitera a todos los vientos el sentido y propósitos de la acción, que desde hace 25 años han traducido activamente en política los presidentes del neoliberalismo.

El país entero está en venta, no sólo Pemex. En amplias áreas se ha entrado en la etapa de entregar la mercancía que ya se vendió. En Chiapas, los paramilitares, la policía y el ejército se emplean ahora para expulsar a quienes están en porciones que en los mapas oficiales tienen ya el letrero: “Vendida”. El grandioso plan presidencial para garantizar el abasto de alimentos no es sino un uso perverso de la “crisis” para llevar adelante una política que ha estado destruyendo nuestras capacidades productivas y la vida campesina y entregando la soberanía alimentaria a unas cuantas compañías, predominantemente extranjeras.

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