Astillero
Estado policía
Negro deambular europeo
Fascinación por lo represivo
Ministros y sorteos bajo sospecha
En ruta hacia el primer aniversario del primer gran fraude electoral del presente siglo en México, se ha instalado formalmente un Estado policía, con sus correspondientes autoridades gendarmes. El país está controlado militarmente y cada ciudadano es susceptible de ser tratado sin miramientos procesales ni respeto a derechos humanos o constitucionales. Se han abolido derechos y garantías silenciosamente (o, dicho de otra manera: mediante el ruido mediático que propicia y justifica la "mano dura" para enfrentar delincuencias reales o exageradas, autónomas o controladas) y se ha preparado a la población para que acepte el abuso diario, la arbitrariedad constante, las armas y los uniformes por escenografía cívica. Ese es el primer triunfo (¿el único?) de un gobierno que camina con el lastre de su origen electoral ilegítimo y que a lo largo de su ejercicio impugnado va sumando motivos para el rechazo ciudadano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario